Licence Creative Commons

Creative Commons License
Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) by Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) is licensed under a Creative Commons Atribución-Licenciar Igual 2.0 Chile License.
Based on a work at www.ocep.cl .

jueves, 29 de marzo de 2012

Declaración Pública de OCEP Sobre la muerte de Daniel Zamudio, sobre Psicología y la validación de la violencia homofóbica.


Declaración Pública de OCEP

Sobre la muerte de Daniel Zamudio, sobre Psicología y la validación de la violencia homofóbica.


Este crimen al hacerse mediático, "parece" politizarse al impulsar
la ley antidiscriminatoria, pero también la sobre-exposición en la pantalla
 también tapa todos los crímenes anteriores ocurridos,
se necesitaba un mártir joven y bonito para la farándula marica.
Si hubiera sido vieja o trava no seria lo mismo,
estas utilizaciones necrófilas son detestables.
Escuchar que esta forma de tortura y masacre es única
es desconocer lo ocurrido en dictadura,
para tapar la complicidad derechona

Pedro Lemebel.


            Hoy llenos de pena y rabia nos encontramos de luto: ha muerto Daniel Zamudio, el joven homosexual brutalmente torturado el sábado 3 de marzo de 2012,  por gente intolerante, con una subjetividad rigidizada y bajo una ideología históricamente condenada. Pero, ¿Qué condiciones posibilitan esta racionalidad?

            La historia de estas atrocidades no es nueva. La violencia no sólo ha sido mortal contra la homosexualidad, la transexualidad y toda otra forma de disidencia de género, social, política, etc. La Psicología como institución, la Psiquiatría como fundamento científico y la Iglesia conservadora junto con la clase dominante como ideología y banqueros, también han cumplido hasta hoy un protagonismo central sobre el fortalecimiento y la continuidad de la LGTBIQ-fobia.
            Tanto la iglesia conservadora como la progresista, tanto los sectores de clase económica superior, como los oprimidos, también hemos reproducido el orden feroz de una cultural patriarcal, machista, homofóbica y autoritaria. Lo hacemos en nuestras propias prácticas diarias, en nuestra propia disciplina. Es necesaria entonces, apuntar críticamente al modelo de dominación y a quienes lo sostienen a toda costa. Es necesario, además, abrirnos paso a la critica al sistema de explotación que sostiene económica y políticamente a quienes promueven estas atrocidades.  A la derecha chilena y a sus instituciones, a la iglesia ensangrentada y a sus manos negras; a los conservadores que imponen su visión a toda la humanidad; a los moderados por callar y dar la espalda frente al grito de dolor de un joven; a los reformistas por conformarse con una hora de conmemoración de Daniel por televisión, para luego aparecer oportunistamente y potenciar una ley por décadas exigida por el movimiento de diversidad sexual.      

           Tal como lo declaró la falsa cuenta de la "Juventud Jaime Guzmán": “La homosexualidad no se cura con golpes, se cura con psiquiatras y oración”, representando de manera irónica el pensamiento que la Derecha recalcitrante tiene sobre la temática. ¡Que hipócritas!. El año 2010 develamos, que también algunos sectores de psicólogos creyendo pasar inadvertidos, practican y teorizan sobre la necesidad y promoción de “terapias curativas de la homosexualidad”. En ese mismo momento enrostramos a la psicología chilena el daño sistemático de nuestra disciplina, que ha legitimado históricamente la fuerza represiva e ideológica del Estado Policial Chileno contra la transexualidad, y a toda forma de disidencia y autonomía identitaria. Estas condiciones estructurales del modelo de dominación son fuerzas que mantienen el pensamiento de quienes mataron a Daniel, y, lamentablemente, toda la psicología institucional chilena escondió su cabeza en el suelo.  

            Todo esto no es al azar, y, principalmente, no es excepcional. La violencia ejercida no es sólo física, sino que más bien, son parte de un dispositivo característico de nuestra sociedad. Cuando decimos parte de un dispositivo, nos referimos a que es “un conjunto resueltamente heterogéneo que incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, brevemente, lo dicho y también, lo no-dicho, éstos son los elementos del dispositivo”[1]. Es decir, Ayer Sandy, Ayer Matías quien vivió un procedimiento que “intento curar su homosexualidad”, hoy Daniel Zamudio, mañana ¿muchxs más?.

            Pues bien, reconocemos que la violencia es ejercida y seguirá siendo impulsada por parte de los sectores más conservadores de la sociedad, pero no sólo físicamente, pues la campaña de patologización y criminalización de la disidencia sexual y social no sólo pertenece a las disciplinas de salud mental, sino que también, al sistema educativo, militar, religioso y judicial. Es por eso que la tarea de lucha es mucho más compleja, y nosotrxs como estudiantes de psicología, tenemos una responsabilidad enorme, y una oportunidad histórica, para cambiar estos hechos, y sumarnos y empujar en el carro de lxs rebeldes, de lxs excluidxs, de lxs oprimidxs, de lxs marginadxs.
  

No a las terapias curativas de la homosexualidad, No a la patologización de las personas Trans-género

            Queremos Recordar a Mons. Fernando Chomali, a la Prof. María Alejandra Carrasco, a la Ps. María Marcela Ferrer, a E.U. Paulina Johnson, al Dr. Christian Schnake, entre muchos otros/as que promueven las prácticas discriminatorias y el holocausto psicoterapéutico a la disidencia sexual, desde la Pontificia Universidad Católica en el centro de bioética de su la facultad de medicina, en la Sociedad Chilena de Bioética promoviendo tesis contra la homosexualidad por medio de la Psicóloga María Marcela Ferrer; a la Universidad Santo Tomas por promover el pensamiento de esta última para la formación general de los/as estudiantes y profesionales de toda su universidad; a la Universidad de los Andes ¡el centro principal ideológico contra la disidencia sexual!, penetrando en poblaciones y comunas pobres del país.  

            A todos ellos/as: ¡Daniel Zamudio Presente!

            Daniel Zamudio no puede ser un número más en la estadística, no permitamos que la violencia se apodere de nuestros espacios de formación, pues la psicología tiene y debe existir en función de los pueblos y comunidades, y no en función de la dominación y la explotación, sea cual sea su expresión; basta de permitir que los psicólogos y las psicólogas nos transformemos en gendarmes de la subjetividad, en policías mentales, en cómplices de los verdugos.
            Daniel, aunque nunca te conocimos, mientras estés en nuestra memoria seguirás vivo en el corazón de los que luchamos contra toda discriminación e injusticia.



                                                                                              OCEP, Jueves 29 de Marzo



[1] Agamben, Giorgio. ¿Qué es un dispositivo?

domingo, 11 de marzo de 2012

Desde OCEP: Una Memoria Crítica y Breve de SOLEPSI-COLAPESI

Desde OCEP: Una Memoria Crítica y Breve de SOLEPSI-COLAPESI



I. Hacia Lima-Perú

                Como Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) participamos en la fundación de la Sociedad Latinoamericana de Estudiantes de Psicología (SOLEPSI) desarrollada en el Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Psicología (COLAEPSI, 2007 Lima-Perú). La organización del COLAEPSI y la asamblea de fundación, realizó un importante diagnóstico de nuestra realidad estudiantil, proponiendo que debíamos converger en una organización estudiantil de psicología del continente que rompiera con la fragmentación social y estudiantil que nos aquejaba. Si bien, este empeño estudiantil reconoce el largo tiempo transcurrido sin una masiva reunión, no obstante, al mismo tiempo, fue un diagnostico parcial, pues fueron muy pocos los gestos que hicimos en recuperar los esfuerzos estudiantiles históricos por abrir este espacio, vale decir, los otros encuentros estudiantiles latinoamericanos realizados en el continente que son las condiciones históricas que alimentan la memoria del movimiento estudiantil, como es el caso de congresos de la misma índole en Mendosa Argentina y Santiago de Chile en los 90´ con sus logros, errores y expectativas; tampoco se realizó un estado del arte de las organizaciones contemporáneas que en ese entonces convergían en dicho espíritu, y que sí hacían esfuerzos de congregarnos como es el caso de los congresos latinoamericanos de estudiantes de psicología en Colombia con mucha más antigüedad que SOLEPSI y que incluso vuelve a coincidir su realización con el COLAEPSI de Asunción-Paraguay 2009, realizando una mínima vinculación a través de un comunicado de los/as compañeros/as de Colombia que muy pocos conocimos.  
                A pesar de ello, el COLAEPSI del 2007 es un acierto desde el punto de vista histórico, pues permite la participación nunca registrada de más de 2000 estudiantes de psicología, mayoritariamente del cono sur, lo que ha implicado en la actualidad una primacía en participación de este parte del territorio a pesar de los esfuerzos de compañeras/os de México y Republica Dominicana por dar a conocer el trabajo en Centro América. Bajo estas condiciones, y sumada la falta de organización estudiantil en psicología en la región, se conformó la SOLEPSI a través de la asistencia de fuerzas estudiantiles muy poco organizadas -con algunas excepciones- lo que produjo la creación de SOLEPSI con participación de individuos que primordialmente nos unía el organizarnos por objetivos comunes y reconocer la realidad del estudiantado latinoamericano que por años mantuvimos (y nos mantuvieron) fragmentados y atomizados.  


II. La Batalla de Ideas

                La organización de este congreso tenía como objetivo preliminar construir una “institucionalidad estudiantil en psicología” y “conocer en qué condiciones teóricas y prácticas nos estábamos desarrollando los estudiantes del continente”. Nosotros/as como OCEP leímos desde la propuesta de los organizadores del congreso, que su empeño tenía como objetivo posicionar a la disciplina en el continente, del mismo modo que la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP) lo hace con respecto a la comunidad profesional; es decir, el horizonte propuesto, desde una mirada crítica, era reificar el lugar de “Saber” de la psicología como institución, ciencia y profesión necesaria para Latinoamérica. Bajo este paradigma científico-oficial dominante en la organización del COLAEPSI 2007, la batalla de ideas en las asambleas de la fundación generó una tensión en las siguientes fuerzas: por un lado, una forma de organización similar a las actuales instituciones como la APA, la SIP, entre otras, con miembros honorarios y con un espíritu de neutralidad científica: es decir, profundamente burocrática, plasmada de la visión tecnócrata e institucional de la psicología propio de los discursos, programas y prácticas científico-dominantes de la universidades latinoamericanas; y por otro lado de las fuerzas, una mirada que enfatizó el lugar social y político de la psicología institucional y la crítica a su historia y ejercicio, para dar paso a una psicología distinta, a la altura de los procesos sociales de lucha de los pueblos latinoamericanos.
                Como OCEP, empapados de la revolución pingüina (Lucha por eliminar la Educación Capitalista-Neoliberal de Pinochet) recién vivida en el 2006, propusimos conjuntamente con algunos/as estudiantes participes de Ecuador, Colombia y México, y con la apertura y compromiso de las/os compañeros/as del Perú, cambios en la forma de organización y en el espíritu de la SOLEPSI que inicialmente se proponía, llegando a un gran consenso con todos/as las/os compañeros/as de los países participes. Estos cambios se plasmaron con la creación de la Asamblea Latinoamericana de Estudiantes de Psicología, que debía ser un espacio fundamental del desarrollo político-democrático de la SOLEPSI, además de un necesario espíritu crítico de la SOLEPSI que se posicionará al servicio de la sociedad y su transformación. Si bien, logramos que esos ejes formaran parte de la fundación se SOLEPSI, no obstante, la autocrítica necesaria que debemos asumir es que fue imposible llevar a la praxis dicho espíritu, por la inexperiencia política, por la dificultad de comunicación posterior al congreso, y por la marcada despolitización de la psicología latinoamericana, claramente propiciada por las dictaduras militares vividas, por sus efectos traumáticos y destructivos para nuestros pueblos y universidades críticas,  y la penetración de la psicología norteamericana oficial e institucional y la influencia de las visiones mas moderadas Eurocéntricas deslegitimadoras de las ideologías críticas radicales que se desarrollaron en nuestro continente, cuestión que nos sitúa aún en una posición minoritaria en la región -con algunos tibios pero crecientes embriones de cambio hasta la fecha-. Esto se ve claramente en uno de los principios que apresuradamente esta sociedad estudiantil ha promovido: “su posición neutral frente a las problemáticas sociales que afectan a los países de Latinoamérica”. Esta posición positivista y tecnócrata por un lado, y relativista de la formación ético-política del trabajo de los sujetos de la psicología por el otro, se fue profundizando y no cuestionando con el tiempo en la propia sociedad estudiantil; pero, debemos precisar que su espíritu no corresponde al consenso inicial que se presentó en las asambleas fundacionales del 2007, por lo cual, el empeño de visiones disidentes se mantiene muy vigente.  
                En el 2009, en el COLAEPSI de Asunción-Paraguay, no pudimos avanzar en la crítica a esta versión hegemónica, tanto de la disciplina como de la sociedad. Los cambios generacionales, la centralización en la creación de estatutos y el empeño más estético que político de la continuación de los COLAEPSIS, profundizaron una sociedad estudiantil “productora de eventos de consumo de ponencias,  y un empeño academizador del encuentro estudiantil”, continuando la despolitización de la organización estudiantil en psicología y sus posibles discusiones históricas sobre las acciones de la disciplina en el continente. Esto degeneró en que no lográramos acuerdos en dar un salto cualitativo sobre el horizonte de esta SOLEPSI, que cada vez más se parecía a una marca comercial, que legitima explícitamente a la “clase académica desvinculada de la realidad social” y no a una verdadera fuerza político-social que se levanta desde el movimiento estudiantil y desde el movimiento social, hacia la psicología. 
                El 2011 en el COLAEPSI de Quito-Ecuador, se ven aires de cambio, y por cierto, la experiencia no en vano, se acumula y multiplica. El levantamiento estudiantil Latinoamericano en Colombia y en Chile, los levantamientos de los pueblos indígenas y originarios, los/as indignadas/os del mundo en contra de neoliberalismo, más la evidencia sistemática sobre las desigualdades y las injusticias que en nuestra región latina vivimos a diario, movilizaron las ideas hacia recuperar una organización estudiantil a la altura de los actuales procesos sociales de lucha de los pueblos, que recuperé la identidad histórica y cultural que desarrollamos desde nuestro propio continente, y que profundice radicalmente el cuestionamiento hacia nuestra propia formación y supuesto “Saber”. Esto permitió la consigna de, ¡Refundar a la SOLEPSI!, cuestión que actualmente se esta abriendo entre sus participes. Claramente esto es, curiosamente, un nuevo-viejo camino abierto.
                Hoy se asume como fundamental, el desarrollo de asambleas latinoamericanas, y además, una mirada no neutral frente a las injusticias que vivimos en nuestros países, como alguien dice por ahí: "Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario." (El Che). Es decir, volcarnos solidaria, conscientes y activamente hacia soluciones transformadoras para nuestro continente. No podemos cometer los mismos errores como miembros de SOLEPSI, pues, queda inevitablemente, mucho por trabajar y luchar.


III. ¡A refundar la SOLEPSI! Hacia el Poder Popular

                Finalmente, si hay un aspecto en específico que debiéramos señalar como lección y autocrítica en esta breve memoria de SOLEPSI desde nuestra perspectiva como organización estudiantil en psicología desde Chile, es precisamente construir una SOLEPSI que desde la memoria latinoamericana, y fundamentalmente, desde las bases y la comunidad estudiantil y profesional en psicología, conducirnos hacia una psicología revolucionaria, una psicología de la praxis: desacelerar el empeño de institucionalización profesionalizante y tecno-burocrático que la SOLEPSI ha desarrollado en este corto tiempo de vida; reunirnos y ampliar la red con organizaciones sociales y estudiantiles en psicología y en otras disciplinas y oficios que le den un carácter mas social y crítico a la organización; abrirnos hacia las bases estudiantiles del centro américa y lograr desde su propia autonomía e identidad mas organizaciones de estudiantes de psicología, y coordinarnos en todo el continente desde una verdadera transparencia de SOLEPSI: financiera, política y orgánica; y, fundamentalmente, avanzar en la ruptura con la psicología que esta al servicio de la dominación y explotación, y construir una hegemonía crítica y practica, transformadora y organizada, desde los/as trabajadoras/es, profesionales y estudiantes de psicología hacia las mayorías populares.

                Esa la tarea que proponemos asumir.
               

                                                                                             OCEP, Domingo 11 de marzo de 2012